Huaraches Bustamante Ríos

Ocotlán de Morelos, Oaxaca

Los inicios

Yo empecé como a los 15 años y de ahí estuve trabajando de aquí para allá. Ya cuando me casé hace 31 años, pues luché por poner mi huarachería propia.

Aprendí con Donaciano Ramírez y José Ruiz, ellos ahora ya son difuntos. Trabajé con ellos.

Con ellos hacíamos solamente el acapulqueño, de dos correas y ya luego yo aprendí a hacer el de pala, el de tarasco, el dobladillado. Hay muchos, pie de gallo, de arillo, conocido de Jojutla y el cafecito que tienen ustedes es el pie de gallo de tres piquetes, con una sola correa. Al principio venía la gente uy quería que hiciera modelos que ya traía. Me dejaban el modelo y yo lo desarmaba para verlo y así empecé.

Ahora ya nomás estamos trabajando mi señora y yo.  Hace un tiempo subió mucho el precio del cuero de res, casi el triple. Mis hijos también trabajaban el huarache, y lo saben hacer, pero ya por el precio de la piel, se cambiaron y se fueron mejor a la carpintería.

Yo entrego huaraches a un pueblo llamado San Pablo Huixtepec, a un señor de Tlacolula, a la ciudad de Oaxaca, a un pueblo que se llama Suntitlán y lo que vendemos acá en Ocotlán.

¿Cómo es la producción y el crecimiento del taller hoy en día?

A la semana cuando tenemos mucho pedido hacemos 60 o muy forzado 80 pares. Aquí en la casa tenemos un pequeño corredor y aquí lo trabajamos, no se necesita mucho espacio para trabajarlo.

En Ocotlán de Morelos, hay varias curtidurías, nos entregan lo que es la suela, y la baqueta. Es un proveedor de Miahuatlán de Porfirio Díaz el que nos trae la piel y todo lo que es lo demás. Piel, clavos, pegamento.

Nosotros tenemos moldes, según el tipo de huarache, son los moldes de planta. Primero trazamos con un lápiz la numeración que nos piden. Ya que la trazamos, la recortamos, por un lado, la mojamos nomás que agarre un color como zarazona, no muy mojada. Y tenemos una piedra, un pedazo de palo que le llamamos maceta, lo agarramos y con la piedra le damos para que estire todo lo que pueda dar. Lo ponemos al sol para que quede seco. Y seco, se trae y se traza otra vez con los moldes y ya en los moldes se ponen puntos donde se harán cortes, calar, aberturas. Luego ya que esté todo se pintan según lo que nos pidan.

En la pandemia la verdad es que al principio sí fue bien complicado, no había nada nada. Yo tenía compradores de Suntitlán, uno de Oaxaca y el de San Pablo que me encargaban bastate, bajaba mucho. Como el 50%.

¿Qué mensaje te gustaría darles a nuestros clientes de “La revuelta”?

Nos da mucho gusto que ahora sí que nuestro trabajo esté por ahí, conocerlos a ustedes y exportar un poquito.

México es un país muy rico en todo, ya ve que hasta en la delincuencia nos  estamos volviendo más famosos, pero nuestro país es muy hermoso, no se diga nada por nuestras sierras, bosques, nuestras playas, todo es muy precioso pues, nuestra gastronomía. En cada pueblo hay culturas diferentes.

Visiten la tienda, porque es artesanía Oaxaqueña y que esperemos les agrade mucho nuestro trabajo

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